“…huyendo de todo, siempre huyendo – de la policía, de los ejercitos, de los países, incluso de las estructuras anarcosindicalistas…”

Artículos de opinión




 

TRANSGRESIÓN DE UNA EXCEPCIÓN


En el antiguo sistema legal la excepción era la regla, ello producía la discriminada imperfección de que “no todos éramos iguales ante la ley” lo que lógicamente justificaba el recurso a la barricada, como el acto más representativo de la resistencia a la injusticia, a cuantos núcleos sociales eran discriminados, obviando el uso de los procedimientos jurídicos.
Desde hace más de cinco décadas se fue abriendo paso el perfeccionamiento del “procedimiento” legal, que convierte cualquier acto y actividad de la persona en un “exhorto jurídico”, bajo la farsa más escandalosa de la historia: “la defensa de los derechos humanos”. Pues si bien ese perfeccionamiento alguna vez, no siempre, puede alcanzar al “procedimiento” está lejos de garantizar la aplicación de la justicia, es decir, los derechos humanos. En otras palabras, en el nuevo sistema legal toda persona, por sus opiniones o sus actos, es conducida, atada de pies y manos, a comparecer ante los encargados a decidir sobre la aplicación de la ley.
Ante la imperiosa necesidad moral de vernos obligados a romper la “conspiración del silencio” a que nuestras opiniones están sometidas, en torno a una situación límite, como es la llamada guerra de Yugoslavia, hemos decidido realizar la transgresión de una excepción, al remitirla al fiscal, convirtiéndola forzosamente en un “exhorto jurídico”, conscientes de nuestra propia contradicción, pero convencidos de que los contenidos de este acto se corresponden con un innegable sentido de la justicia.

LA FILOSOFÍA DE LA GUERRA
Cuando en Japón, en julio de 1.945, el gobierno de la dictadura aceptaba la rendición sin condiciones, ante las fuerzas del Ejército de los EEUU, la Casa Blanca hacía caso omiso de ese acto de rendición.
La Segunda Guerra Mundial no se podía terminar sin un acontecimiento definitivo que reflejara, no solo ante el Japón, sino ante el mundo, el indiscutible poder bélico de los EEUU.
El “Proyecto Manhattan” iba a ser aplicado como acto final de la guerra; unas semanas después, el 6 y el 8 de agosto, caían las dos primeras bombas atómicas sobre el Planeta, cuya trágica circunstancia iba a ser asumida por Hiroshima y Nagasaki. Un acto de inútil agresión final de una guerra ya terminada; un hecho consumado sobre el que se iba erigir una nueva filosofía: La filosofía de la guerra, bajo el trauma del permanente peligro atómico.
Desde entonces, cuando derrotadas las potencias fascistas beligerantes, cabía esperar una “era de paz”, la nueva filosofía de la guerra se desarrolló por todo el mundo con centenares de conflictos bélico-militares, entre Estados o Guerras Civiles, provocadas o inducidas por las principales potencias, especialmente por EEUU y la URSS, promotoras de la traumática llamada “guerra fría”. Dos partes básicas distintas de un idéntico todo.
Período bélico-militar de más de medio siglo, en el que se contabilizan decenas de millones de víctimas mortales y centenares de millones de damnificados, mutilados, desterrados, presos, exiliados, y las consecuencias dramáticas por las más de cien millones de minas antipersonales sembradas por el mundo.
La dinámica de esa nueva filosofía de la guerra es la que, insoslayablemente, ha provocado el actual enfrentamiento bélico en Yugoslavia. Pero ¿por qué ahí y por qué ahora?, esa es la pregunta.

EL NUEVO CONCEPTO ESTRATÉGICO DE DEFENSA
El pasado mes de noviembre se celebró en Edimburgo la conclave de la OTAN en la que el Senador norteamericano William Roth presentó su informe: “La OTAN en el siglo XXI”, en el que abordaba la propuesta de una nueva doctrina, que debía aprobarse seis meses más tarde, en la cumbre de Washington (ya celebrada en abril, en plenos bombardeos de la OTAN), con motivo de su 50 aniversario.
Lo fundamental de la nueva doctrina es la modificación del artículo 5º del texto fundacional de la OTAN, en 1949, que limitaba la intervención militar a la defensa de los países miembros, sometiendo dicha intervención al Consejo de Seguridad de la ONU. Con esa modificación la Alianza, basándose en la “Nueva Estrategia de Defensa”, afirma su derecho a actuar militarmente, no solo en defensa de los países miembros, sino también en defensa de sus intereses y de los “derechos humanos” libremente, sin control, en todo el Mundo.
Se trata de una diametral modificación de los contenidos fundacionales, teóricamente defensivos, y cuando después de la caída del muro y de la disolución del “Pacto de Varsovia”, cabía esperar idéntica medida con la OTAN, ésta no solo extendió el número de países miembros, sino que aumenta sus atribuciones militares.

Esta modificación del artículo 5º se presentaba con una difícil perspectiva de ser aceptada por todos los miembros, sobre todo por algunos de sus socios europeos más significados, y sin que de estas contradicciones internas pueda inferirse una valoración positiva, lo cierto es que el poder real del llamado Nuevo Orden político mundial no permite que en materia militar se produzcan grietas.
A estas contradicciones de carácter militar se añaden, en el terreno financiero, las consecuencias del salto a la unidad monetaria de la Unión Europea, en clara competitividad con las influencias del dólar, el FMI y el Banco Mundial.
Estas circunstancias explicarían las urgencias del por qué ahora, es decir, la imperiosa necesidad de las cúpulas del Sistema en provocar un impacto de guerra (y al tiempo, producir una seria amenaza de desestabilización de la UE), para imponer, por unanimidad a todos sus miembros, la “OTAN del siglo XXI”, bajo la doctrina del “Nuevo Concepto Estratégico de Defensa”, acordado en Washington en la cumbre de la OTAN el pasado 25 de abril. Esta es una de las finalidades de la guerra en Yugoslavia.

LA INJERENCIA DE LOS GRUPOS MUNDIALISTAS CAPITALISTAS
La Federación de Yugoslavia reunía una serie de múltiples distintivos, históricos, culturales, sociales y políticos que a la salida del Régimen de Dictadura, mantenido por la Liga Comunista, había, sin duda, que considerar bajo un prisma nuevo, que permitiera una libre relación de respeto a las diferencias, como cabía esperar del amplio movimiento de mestizaje existente. Desde los primeros momentos de esta nueva situación la injerencia internacional actuó de forma nefasta y desintegradora. Esos múltiples distintivos que reunía la Federación fueron manejados bajo demagógicos conceptos nacionalistas, religiosos, étnicos, o políticos, naturalmente el conflicto no tardó en estallar.
Los primeros “arquitectos” internacionales, creadores de ese escenario conflictivo, desplazados a Yugoslavia, fueron Lord Carrington y Cyrus Vance, miembros políticos de primer rango de los Grupos Mundialistas más importantes, del británico Real Instituto de Asuntos Internacionales, el primero, y del Council on Foreign Relations (CFR) norteamericano, el segundo.
Se trata de una alta representación de la “cuarta dimensión” del Poder en el Mundo. Si no se detecta la presencia de esa “cuarta dimensión”, se arriesga fallar el análisis sobre la actual situación en Yugoslavia.
Los citados Grupos Mundialistas son los más antiguos y los más importantes, fundados en 1928, simultáneamente en Londres y Washington. A partir de 1945 se expandirían por el mundo capitalista, con múltiples sucursales, como por ejemplo, el Bilderberg Group, la Comisión Trilateral, etc. Es una trama del neoliberalismo rampante, cuya cúpula es el CFR presente en todos los conflictos bélicos, políticos, sociales, financieros más importantes que se producen (o ellos producen) en el Mundo.
Una trama que se halla a la sombra de los Gobiernos de las grandes Potencias, dictándoles sus políticas, por encima de las instituciones oficiales internacionales, rigiendo el Nuevo Orden político, por encima de leyes y legislaciones nacionales y transnacionales, como por ejemplo la Unión Europea, por encima de entidades oficiales financieras, como por ejemplo el FMI y el Banco Mundial, por encima de Bloques militares, incluida la OTAN (cuyo Secretario General, Javier Solana Madariaga, es, no lo olvidemos, un significado miembro del Grupo Mundialista Bilderberg Group).
Es esta trama mundialista la que impuso al Gobierno alemán de Helmut Kohl el reconocimiento de Croacia; hecho consumado con el previo apoyo al ultranacionalista movimiento Ustacha, históricamente marcado por su connivencia con el nazismo, en la invasión alemana de Yugoslavia, en la Segunda Guerra Mundial. Movimiento que últimamente ha recibido del Vaticano un reconocimiento público con la santificación de uno de sus obispos, conocido colaboracionista del nazismo.
Por supuesto, no toda la población de Croacia está comprometida con el citado movimiento, ni en su circunstancia histórica, ni en su situación actual, sino que buena parte de su población es víctima de la política ultranacionalista de ese movimiento.
Lo cierto es que el entramado del conflicto político está diseñado por la injerencia internacional, en la que destaca el protagonismo decisivo de los Grupos Mundialistas capitalistas. Así estallará el enfrentamiento bélico que conduciría a la dramática carnicería de Bosnia, con la complicidad objetiva de Croacia, y se destapará la etnocida política gubernamental de Serbia, dominada por la Liga Comunista yugoslava, transfigurada en un partido político de nacionalismo ultramontano, con presencia hegemónica en las estructuras militares del Ejercito Federal.

EL MOVIMIENTO POPULAR SERBIO, ALTERNATIVO
Como en el caso de Croacia no toda la población de Serbia puede ser acusada de esa política etnocida, ni mucho menos, pues se conoce la amplia oposición política que se ha venido manifestando multitudinariamente contra el Gobierno de Milósevic y que, realmente, constituía la alternativa a la situación creada. Una alternativa con base social y popular que, sin embargo, no estaba contemplada en los planes diseñados por el Mundialismo capitalista.
Efectivamente, el desarrollo de este movimiento popular serbio, cuya principal orientación era, y es, por encima de nacionalismos, etnias y religiones, la confraternización de toda la ciudadanía y que durante varios meses del invierno 1996-97 ocupó diariamente las calles de Belgrado contra Milósevic, no podía ser contemplada como alternativa por los Grupos Mundialistas, pues éstos ya tenían decidida la guerra como alternativa. Por ello este movimiento popular serbio fue boicoteado por la injerencia internacional.
Entre las entidades más representativas de este movimiento queremos hacernos eco de la actividad realizada, en sus diez años de existencia, de un medio de comunicación, “Radio B 92”, fundada en Belgrado en 1989, secuestrada por el Gobierno una semana después del inicio de los bombardeos de la OTAN. Una entidad que podría definirse aquí como una “Radio Libre”. Tras su secuestro “B 92” volvió a ser noticia el pasado 15 de mayo, al celebrarse públicamente el décimo aniversario de su fundación y ser evocada su constante trayectoria de denuncia de la violación de los derechos humanos, desde las guerras de Croacia y Bosnia, y después en Kosovo. Durante toda su existencia “B 92” participó siempre en las acciones de protesta contra el Régimen de Milósevic.
Es una simple referencia a este movimiento social, radical, pero pacifista, de oposición a Milósevic, para dejar constancia de la falsa especie según la cual no había otra alternativa a la guerra. Este movimiento fue desdeñado, porque los Grupos Mundialistas estaban preparando el escenario con el que justificarla intervención militar.

KOSOVO COMO TRÁGICO INSTRUMENTO
Empezando con la creación, en 1996, de una estructura clandestina, financiada por los Grupos Mundialistas, con la supervisión y asesoramiento de agentes específicos norteamericanos, a la cabeza de los cuales encontramos a Richard Holbrooke, de fatídico recuerdo por su complicidad en el genocidio de Timor, cuando actuaba como delegado del Departamento de Estado en la zona. Poco más tarde encontraremos también en Kosovo a William Walker, antiguo agente de la CIA, bajo la tapadera del Departamento de Estado, responsable supremo del organismo internacional OSCE en Kosovo. A este personaje se le conoce, entre otras cosas, por su participación en la creación de la “Contra” nicaragüense.
Estos hechos demuestran la intervención de los Grupos Mundialistas (los auténticos dueños de la OTAN y de la CIA) en la instrumentalización de sectores de jóvenes kosovares, primero entre los exiliados en algunos países de Europa, y después en el interior, sectores que en su inicio serán utilizados para enfrentarse al movimiento político kosovar, de tendencias reformistas, sectores de jóvenes que serán abocados a la creación de una estructura militar: el ELK (Ejercito de Liberación de Kosovo), financiada por el Mundialismo capitalista.
Es así como quedaba preparado el escenario planeado por los Grupos Mundialistas, con lo que se inscribe en incontrovertible prueba como inductores
de la actual situación de guerra en Yugoslavia y co-responsables del inhumano destierro de la población de Kosovo.

Este texto no es más que una incitación a la discusión y al análisis, de la dramática situación de guerra, persecución y destierro, análisis que debe desarrollarse con la participación, colectiva o individual, de todos, en el interior o en el exterior de la Fundació, para concluir en un resumen final.

(mayo de 1999)